Sobre el Patio del Liceo
por Guido Ignatti
 
     
 

Mundos desordenados, planetas que arman un sistema sin sol; giran, aparentemente sin órbitas predeterminadas, buscando dar algún sentido a la decisión de ser, en ese lugar en el que son. Rodeados de satélites sin importancia que llenan los vacíos y de polvo cósmico que ensucia la lente de cualquier telescopio que pretenda ver vida en mundos como estos.

Esta es la sensación que el patio del liceo deja cuando se lo visita. Devenida en galería comercial, este edificio de los años ’20, fue un liceo de señoritas en sus comienzos. Hoy, es un punto neurálgico donde confluyen actividades artísticas y no tanto. Cohabitan galerías de arte, pequeños centros culturales y de experimentación, talleres de artistas, librerías, estudios y locales de diseño, carpinterías, tapicerías, joyeros, locales de indumentaria- incluido el cuero para turistas- y hasta un sex-shop para el atrevido que quiera llevarse un souvenir a casa después del diverso paseo que oferta el lugar.

Este- y no hablo del sex-shop- es el principal motivo por el cual nuestra lente no puede hacer “foco”. Hablo de la dificultad para discernir claramente lo que se muestra, un ruido que ensordece o, mejor dicho, ciega. Y aunque se plantee como un desafío discursivo del lugar (eso de saber ver/encontrar el arte contemporáneo entre miles de trampas visuales), es cierto también que el tipo de producción que exhiben es mayormente joven y no muy imponente. Más cercano al estudio- o mejor dicho a las pruebas- que a la obra acabada, se confunden con desechos. Por ende estas obras no son de las que encandilan con luz propia sino que, en todo caso, la luz que emanan la crean juntas, como en un juego de reflexiones que se define en el conjunto.

Entonces, el Patio del Liceo se articula como cualquier fenómeno natural de supervivencia, en el que los entes que contienen estas reflexiones vagas, en la unión también encuentran la fuerza. Juntos, todos estos espacios, forman algo mucho más interesante que individualmente y esto evidencia el panorama crítico de las producciones nóveles.

Fiel representante de la problemática del arte contemporáneo emergente actual, se observan obras de pequeño formato, trabajos menores y hasta casi se podría decir descartes de buenas producciones y/o de buenos artistas- por ejemplo de la talla de Fernanda Laguna, quien además tiene su espacio performático Tu Rito en el Patio del Liceo-. Como consecuencia, pequeños fragmentos de un corpus que podría tener buena calidad se muestran de una manera dispersa y “light”, pero no como supo ser en los ’90s ese movimiento fundacional de estética decorativa y festiva, sino como una manifestación indiferente al hecho de hacer arte o no.

Actualmente, la categoría “arte joven” pareciera estar limitada solamente a las producciones espontáneas, frescas, que indagan en los gestos y la intimidad del artista, casi sin que se permitiera ella misma tener una toma de posición fuerte frente a los aconteceres sociales, ideológicos y hasta, porqué no, políticos. Poco discurso, mucho ego y poca obra.

En líneas generales se observa un menosprecio por el trabajo del artista, desde lo formal e ideológico y hasta en lo mercantil. Las baratas de fin de año son un clásico de Mite que reúne buenos –y no tan buenos- artistas, para que firmen “papelitos y fotitos” para venderlos por poquísimos pesos; cualquiera que no entienda lo que está comprando, tendrá el autógrafo de un artista emergente que quizá tenga la carrera meteórica de un Backstreetboy.

Por supuesto que en el ex liceo de señoritas hay algunos espacios, como Central de Proyectos, que se mueven en una órbita definida y constante; que a pesar de estar peleando como todos los espacios comerciales con problemas presupuestarios, trabajan firmes sobre la estructura tradicional de una galería de arte. Gusten o no las producciones exhibidas, la misión de este espacio apunta a la gestión cultural, y cabe destacar que es el único lugar que siempre está abierto cuando un visitante llega a este sistema planetario. 

 


El Patio del Liceo: Av. Santa Fe 2729 – C.A.B.A.


 
 
     
  SUMARIO  
Año 1 - Numero 5
Tapa
Editorial + Staff
Lectores
Los estimuladores
Entrevista a Pablo De Monte y Carlos Bissolino
por Dany Barreto
     
Producción fotográfica: De Monte y Bissolino
por Jorge Miño
     
Pequeña cosmogonía contemporánea
Sobre el Patio del Liceo
por Guido Ignatti
     
Hipótesis transparentes
Sobre Jacques Bedel en el MACLA
por Juan Batalla
     
Insospechada belleza del vórtice y la fibra óptica
Sobre el Museo Participativo de Ciencias
por Mariano Soto
     
Opereta revolucionaria en el hospital psiquiátrico
Colectivo Sonoro toma el Centro de Salud Mental Arturo Ameghino
por M.S.Dansey
     
Franklin Evans: los efectos del tiempo y la repetición
Sobre times2 en Milán
por Gabriela Galati
     
De la intemperie
Remix callejero y gramática visual
por Alejandro Taliano
     
Affaire Internacional
Tejiendo el infinito / Nnenna Okore
diálogo con Juan Batalla
     
Dr.Selva / Kid Yarará
Cómic
por Charlie Goz y Mari Bárbola
     
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