Pensamiento Nacional en el Palais de Glace
por Juan Batalla
 
 

La muestra del Palais de Glace sintoniza con otros hechos que plasman desde el campo visual y artístico cierta mirada acerca del actual gobierno argentino, e incluso de la historia. Trazaremos un recorrido no exhaustivo por algunos de estos aconteceres que merecen un poco del fresco otoñal que se instaló ya en Buenos Aires.

"This is propaganda, you know, you know". Una guardiana cantaba este latiguillo al ingresar el público a la sala de la Casa Encendida de Madrid. Allí se presentaba la obra con ese nombre de Tino Seghal, "This is propaganda", que consiste en tal mera enunciación; no hay referente material más allá de la vociferación proclive a alarmarnos.
Pero al ver ingresar a escolares en visitas guiadas a "Homenaje al pensamiento y al compromiso nacional" nuestros niveles de alarma suben, pese a que no hay aquí advertencias como en la obra de Seghal, ni presentadora de "Cuentos de la cripta", sino más bien todo lo contrario. Y es que lo primero que nos atrapa es cierto candor en el equipo de fútbol que integrarían los seleccionados pensadores sobre los que orbita la muestra y una serie de figuras de tamaño natural a las que podemos sumarnos parándonos contra el vinílico impreso, ya que en muchos casos no tienen cara. No es un homenaje a los desaparecidos. Se trata de situarnos entre los esquemáticos Néstor y Evita, y así sentirnos parte de la caravana de la historia. Que, como todos sabemos, es el camino hacia el peronismo, síntesis de las aspiraciones del ser. O al menos del ser nacional, claro.
Aquí el "pensamiento" también es "el pensamiento nacional". Si un atrevido osa usar el cerebro sin inscribirse en esta veta es un "gorila", latiguillo socarrón que busca generar la complicidad de la asistencia. Y, gracias a algunos artilugios verdaderamente bien resueltos, lo consigue. Tras la soporífera tournée por el material de lectura y las proyecciones de la planta baja, el primer piso guarda algunas atracciones para los pacientes. Se trata de "juegos" interactivos. Un gorila proyectado en la pared queda a merced de nuestros pelotazos que lo hacen reventar entre quejidos: entonces un letrero nos ingresa a la cuenta de cuántos somos los que "no queremos gorilas cerca". "Dame un gorila que lo hago pelota!" reza la invitación a jugar. La promesa es que "sacándonos las ganas ganaremos un país". Y el parque de diversiones interactivo sigue. Podemos vernos situados en el bombardeo del 55, o perseguir Falcon verdes proyectados en el suelo y pisarlos como a cucarachas: también revientan; revisitar la ciudad del Eternauta y recibir una nevada; o emocionarnos tanto como nuestro temperamento lo admita viendo un abrazo de Néstor y Cristina Kirchner con anteojos 3D. Lamentablemente no hay autor más que Fuenteovejuna, salvo para los logrados cómics de Edgardo Raimondi que evocan los asesinatos de Walsh y del Padre Mugica, entre otros. Aunque como ideólogo y realizador de la muestra se plantea Enrique Albistur, con la coordinación general de Julieta Albistur, y un consejo asesor integrado por Pacho O´Donnell, Jorge Coscia y Norberto Galasso. El ex-secretario de medios, publicitario ideólogo de las campañas electorales de Luder, Menem, Grosso y Kirchner, de vuelta a los planos del poder tras las causas judiciales que lo llevaron a renunciar.
Los nombres de políticos y gente de la cultura evocados en la exposición buscan diagnosticar una línea, y el trazado de esta supone que nos paremos a un lado u otro de ella. Alienando. Y volviendo partisanos de la construcción de un mito a muertos sin derecho a réplica como Marechal y Homero Manzi. El Frankenstein consiste en suponer que, primero Néstor, y ahora Cristina Kirchner, no son los detentadores de un gran poder económico y de toda índole, sino más bien unos idealistas, juventud maravillosa que ha conquistado el gobierno para ahora hacer frente a corporaciones y factores de poder intra y transnacionales. Quienes no coinciden con esta visión son “gorilas” y parte de la "intelectualidad cipaya". Se debe elegir y "superar la duda". Improbable gramsciano, el dispositivo procura la cohesión en "un bloque intelectual y moral". Pretende tornar imposible una crítica cultural no kirchnerista, utilizando los más gruesos recursos de la propaganda. Harold Lasswell (1) refería que "la propaganda precisa de símbolos para alcanzar su fin: la manipulación del ánimo colectivo". Y que hace creer, a quien es influido por ella, que éste está pensando por sí mismo; fin que logra apelando siempre a las emociones, sobre todo demonizando a supuestos agresores, creando cucos.

Si bien es difícil entender que una exhibición como esta sea generada con recursos del estado y exhibida en una sala oficial, resulta particularmente llamativo que ésta haya recalado en un espacio de tradición artística como el Palais de Glace, que demuestra navegar a la deriva y parece tan sujeto a intereses como en los tiempos de influencia de Gutiérrez Zaldívar. En todo caso, ¿porqué no en la Casa del Bicentenario, por ejemplo? Que inauguró a todo vapor hace un año para quedar sepultada en la indiferencia, con una programación reducida de espectáculos y las muestras de artes visuales, pese a haberse prometido una rotación bianual, sin siquiera cumplir con esa mínima.
El artista visual al que “Homenaje al pensamiento...” pone en perspectiva es Ricardo Carpani. Integrante del Grupo Espartaco, fallecido en 1989, Carpani realizó un arte de muy explícito compromiso social. En el Palais se citan algunas de sus ideas: "Prefiero un arte viejo que participe activamente en la creación de un hombre nuevo, antes que un arte nuevo que no modifica la situación del hombre viejo". Su obra estuvo más cerca de un realismo socialista afín al PC que a la estética populista del peronismo.
Acaso un desafío para el arte que, más que coincidir, busca "ponerse al servicio de" y colaborar con el constructo ideológico, sea el de reinventarse sin repetir los clichés en los que estos abordajes suelen recurrir. Podemos pensar en Roberto Jacoby, que provoca desde su obra intencionadamente propagandística. Luego de su comentado paso por la Bienal de San Pablo, la muestra "El deseo nace del derrumbe" que presenta en Madrid, en el Reina Sofía, incluye conferencias de prensa que, dada la orientación asumida por su quehacer artístico reciente, no debieran pensarse separadas de él. En este video (2) lo vemos a Jacoby dando su visión sobre la realidad política del país. ¿Es obra? Es un artefacto paradojal. El artista menciona que "nunca hubo un gobierno más preocupado en establecer reglas de juego para que todos puedan expresarse en la más absoluta libertad de prensa". Mientras lo veo, otra pestaña abierta en la Mac me informa del bloqueo a las plantas de los diarios opositores que impiden la distribución de estos, ante la total pasividad de las fuerzas de seguridad (3).
Probablemente el mayor aporte visual que se haya realizado a la creciente mitificación de Néstor Kirchner sea el de haberlo representado como el Eternauta, o como ícono pop a la Warhol, inteligentes decisiones que ahora encuentran eco en los murales realizados por agrupaciones universitarias del IUNA como Objeto Volador Justicialista, dependiente de La Cámpora, o la Guayasamín, comunistas identificados con el kirchnerismo. El empleo del muralismo, reinventado como Street Art, es siempre una estrategia adecuada para validar un movimiento político.
Pero también a través de los medios sociales los artistas aportan a la construcción de poder kirchnerista. Y es un hecho insoslayable, una buena parte de ellos la apoya hoy con fervor y convencimiento. Si podemos pensar que, en el caso de los actores o músicos identificados explícitamente con este gobierno, los beneficios personales que les esperan son bastante evidentes, en el caso de las artes visuales y su entorno los que lo están no parecen alcanzar ventajas personales sino seguir un sincero convencimiento. Así Facebook presenta la página de un grupo llamado Artes Visuales con Cristina (4), que cuenta con 1106 adherentes. Participan por igual de él artistas reconocidos y otros ignotos, junto a diversa gente del medio. Se presentan identificados como tales en actos, marchas y eventos culturales.
Las estéticas de la militancia se expanden. Tras la crisis del 2002 y de la presencia de un arte renovadamente político en el Tardomenemismo, grupos como G.A.C. (5) se dedicaron a llevar a cabo un accionismo en el espacio público, hasta encontrar plena identificación con las posiciones kirchneristas. G.A.C. fue también propulsor de la remoción del monumento a Julio Argentino Roca de Diagonal Sur, gesta que no se detiene y que también constituye un aspecto de la visualidad ligada a este gobierno. De ello hablamos en Sauna #3 (6). Una actualización de aquel panorama es que recientemente el escultor Zerneri ha recibido por parte del Instituto Espacio por la Memoria (IEM) el beneficio de trabajar en un espacio de la ex-ESMA para crear el monumento a la Mujer Originaria que pretende reemplazar al de Zorrilla.

En un reportaje realizado muy poco antes de su reciente muerte, David Viñas afirmaba que “un intelectual no puede ser oficialista” (7). Otros creen que el artista o intelectual que no se compromete o simpatiza con esta etapa de gobierno en la Argentina es una persona colonizada ideológicamente y algo así como un mal bicho que precisa evangelización. Andrea Giunta citaba a Adorno (8) para recordar que el concepto artístico no puede definirse al margen de lo que cada época entiende como historia. De allí la importancia estratégica de un andamiaje funcional como el que trasunta este punteado. Pero advertía también Adorno que “hay una distancia entre poner en marcha el pensamiento y comunicar sentencias”. El kirchnerismo despliega una logística intelectual que se ha probado eficaz en atraerle muchas simpatías, desplazando la imagen del sujeto de poder y creando la idea de que atacar a los “enemigos” es cumplir con la obligación intelectual de advertir sobre los abusos de éste.
Y el país transita, impertérrito.



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(“Homenaje al pensamiento y al compromiso nacional”; Palais de Glace, Posadas 1725; entrada libre; martes a domingos de 12 a 21 hs. Hasta el 10 de abril.)


(1) “Propaganda technique in the World War”; Harold Lasswell, 1927, edición de 1971

(2) http://www.youtube.com/watch?v=5MorysPgtRQ

(3) http://www.perfil.com/contenidos/2011/03/27/noticia_0013.html

(4) http://www.facebook.com/pages/Artes-Visuales-con-Cristina/109633769109508

(5) “GAC pensamientos prácticas acciones”; Ediciones tinta limón, 2009

(6) http://www.revistasauna.com.ar/01_03/06.html

(7) http://www.clarin.com/sociedad/intelectual-puede-oficialista_0_376162501.html

(8) “Poscrisis, arte argentino después de 2001”; Andrea Giunta, Siglo Veintiuno Editores, 2009

 




   
 
     
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